FUENTE: Organización Panamericana de la Salud
El transporte y la movilidad humana son aspectos fundamentales de la sociedad. Los sistemas eficaces y saludables de transporte que tienen en cuenta el bienestar de la población constituyen una meta a la que hay que apuntar. Se considera que el sistema de transporte es saludable y seguro cuando se fundamenta en un marco jurídico que incorpora la labor multisectorial en la planificación, el diseño y el desarrollo; aboga por la equidad en la población; es asequible, confiable y eficaz; y tiene repercusiones mínimas sobre el entorno físico a la vez que brinda seguridad a sus usuarios.
Son muchos los elementos concretos que componen un sistema de transporte, entre los que se incluyen la infraestructura física, los medios de transporte y los tipos de usuarios. Cada uno de estos elementos determina el funcionamiento del sistema. En este documento, se subrayan las consecuencias generales para la salud que se derivan de los medios de transporte y se hace hincapié en los beneficios que reportan los sistemas de transporte público que son eficaces y seguros como parte de un sistema general de transporte. Al mismo tiempo, se insta a los profesionales de la salud a que participen en los equipos multisectoriales y aporten su perspectiva y experiencia fundamentales para crear sistemas de transporte más adecuados y eficaces.
El desarrollo, la gestión y la sostenibilidad de los sistemas de transporte no solo deben responder a las metas o los intereses económicos, sino también reflejar en su esencia una comprensión fundamental de las repercusiones sanitarias que tienen estos sistemas para las personas y las comunidades por igual. El diseño estructural debe basarse en conceptos que reflejen una comprensión clara del modo en que el transporte incide en la salud humana y debe fomentar los comportamientos y las exposiciones que promueven la salud en las personas en lugar imponerles obstáculos. El transporte público constituye, dentro de este contexto, una opción conveniente desde la perspectiva económica que, si se incorpora apropiadamente en la estructura general de transporte de las comunidades, puede reducir las desigualdades sociales, mejorar la eficiencia y la fiabilidad de la movilidad humana, proteger y aun mejorar el entorno físico, tener en consideración y compensar la vulnerabilidad y la falibilidad humanas, y brindar seguridad a los usuarios.