Está claro desde hace ya muchos años que la Vigilancia Epidemiológica que se estaba realizando en España necesitaba importantes cambios, con el objetivo de incorporar nuevas fuentes de datos y nuevas herramientas que permitieran identificar los principales problemas de salud de la población y sus determinantes, y también facilitaran la evaluación de las intervenciones, trascendiendo del enfoque basado en la identificación y control de las situaciones epidé- micas de origen infeccioso, su tradicional ámbito de trabajo.
En la pasada década algunas comunidades desarrollaron normativa que impulsaba esta idea, pero sólo recientemente, con la aprobación de la Ley General de Salud Pública de 2011, se da rango normativo para todo el estado a una nueva orientación de la vigilancia, Vigilancia en Salud Pública, que claramente trasciende del ámbito infeccioso para imponer a la administración la obligación de desarrollar un “conjunto de actividades destinadas a recoger, analizar, interpretar y difundir información relacionada con el estado de la salud de la población y los factores que la condicionan, con el objeto de fundamentar las actuaciones de salud pública”, que así es como define la vigilancia a realizar.
El año pasado, en la Jornada de Sevilla, se analizaron algunos aspectos de cómo se estaba desarrollando esta vigilancia en diversos ámbitos, análisis que pretendemos continuar en esta jornada.
Al tiempo, la gran transformación que están experimentando los sistemas sanitarios, con la generalización de las tecnologías de la información en un plano destacado, exige cambios en los sistemas de vigilancia, no sólo para adaptarse a este entorno cambiante, sino especialmente para aprovechar en su beneficio la inmensa cantidad de información digital que están generando desde el ámbito asistencial.
Por ello, una de las mesas de la jornada intentará mostrar cómo se están abordando, desde distintas CCAA, estos cambios para mejorar nuestra vigilancia. En concreto para obtener datos nuevos, simplificar la obtención de los que ya se obtienen, aumentar su oportunidad, eliminar el papel, etc. En definitiva, para automatizar en lo posible la obtención de los datos, aumentar el espectro de lo que se vigila y conoce, su calidad, cobertura y oportunidad.
Esta abundancia de datos también ha facilitado el desarrollo de técnicas y sistemas de clasificación o estratificación de la morbilidad que padece una población, que pueden ser útiles para la implantación de la vigilancia de las enfermedades no transmisibles, no cubiertas por los clásicos registros de cáncer o de una patología en concreto como asma o diabetes.
Asimismo, en la jornada el grupo de trabajo de vigilancia en Salud Pública de la SEE presentará su agenda de trabajo y un avance de una encuesta sobre la situación de la vigilancia en España.
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http://www.seepidemiologia.es/ver_noticia.php?id=414