La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP27, se clausuró el día 20 de noviembre. El acuerdo final se ha calificado como decisivo, ya que incluye la provisión de financiación por «pérdidas y daños» a los países vulnerables más afectados por los desastres climáticos. Es la primera vez que se añade este tema a la agenda oficial.
Se sigue avanzando en el compromiso para limitar el incremento de la temperatura mundial a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, así como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos inevitables del cambio climático, además de impulsar el apoyo al financiamiento, la tecnología y la creación de capacidades que necesitan los países en desarrollo.
El acuerdo ha sido calificado como de gran logro con respecto a sus implicaciones para la salud. En la COP27 se ha avanzado en materia de adaptación, ya que los gobiernos acordaron la forma de avanzar en el Objetivo Mundial de Adaptación, que concluirá en la COP28 y servirá de base para la primera Evaluación Global, mejorando la resiliencia entre los más vulnerables.
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